La megalópolis californiana, segunda mayor ciudad de Estados Unidos por población, es la primera en dar marcha atrás con esta medida.
El condado del mismo nombre, que comprende a la ciudad de cuatro millones de habitantes y sus alrededores, «no está dónde debería» en cuanto a nivel de vacunación, lamentó su principal responsable sanitario, Muntu Davis.
Durante siete días consecutivos, más de 1.000 casos de coronavirus se registraron diariamente.
Las autoridades sanitarias estadounidenses anunciaron a mediados de mayo que las personas vacunadas podían decir adiós a las mascarillas en recintos cerrados o en el exterior.
Pero a pesar de la disponibilidad de vacunas, la campaña de inmunización tuvo un fuerte frenazo tras un pico a inicios de abril.
La preocupación crece, principalmente por la variante Delta. La inmensa mayoría de casos positivos y hospitalizaciones, corresponde a personas no vacunadas.