Una novela en vivo y en directo, seguida por casi todo el Uruguay con la tensión de un desenlace que pudo ser fatal, viviéndola a través de la televisión y por las redes sociales, con especulaciones y datos sorpresivo, una novela que no tuvo final de drama.

Al mediodía de este jueves , un joven entró a la peluquería en la que trabaja su novia, armado de dos pistolas para vengarse de un supuesto caso de infidelidad: estaba dispuesto a todo. Matarla, matarse y matar a compañeras de la chica.

Adentro del negocio había 14 personas: la dueña de la peluquería, 6 empleadas y 13 clientas. Una mujer que estaba con su hija logró refugiarse en un baño y saltar por la azotea a casa de un vecino, donde fueron rescatadas por policías fuertemente armados.

 

Durante más de cuatro horas hubo acción policial para intentar que desistiera de su propósito, para que liberara rehenes, pero recién al caer la tarde el caso concluyó sin heridos.

En el medio hubo gestiones de familiares de él, para intentar que se entregara, y aparentemente del entorno de la joven, presionado con revancha sobre familiares directos del agresor. Todo eso quedó bajo secreto de sumario.

«Amor mío» es una peluquería popular de Pocitos, uno de los barrios más caros de la ciudad de Montevideo; está en una casona amplia sobre una avenida de tránsito intenso, Soca, y enfrente a un supermercado de movimiento fuerte durante todo el día.

Gastón, alias «Brian», entró al salón de belleza y una de las compañeras de Daiana entendió que no venía con buenas intenciones, por lo que salió a la calle y llamó a la Policía. Efectivamente, estaba en lo cierto, y eso se vio apenas llegaron los primeros patrulleros, porque Gastón disparó unos balazos para que vieran que no estaba amenazando en vano.

Y al poco rato, a través de su sitio de Facebook, hizo una temible transmisión en vivo que, poco rato después, recorría cadenas de teléfonos por WhatsApp.

 

 

«Bueno gente: estamos acá en Amor Mío, peluquería hermosa. Miren la gente acá, acá, acá, la gente que traiciona . esta put… traiciona, miren, miren ; traicionó, y ahora va a morir, vamos a morir todos, vean, eso», mientras con el celular recorría el interior de la peluquería, fundamentalmente la carade su novia, pero también a compañeras de trabajo y clientas, que estaban tiradas en el piso.

«Esta perr… buscó todo. ¿Y ahora? ¿Y ahora? Ahora nos vamos a morir, nos vamos.», decía en el final del mensaje que transmitió en vivo y en directo por redes sociales.

La Policía rodeó la manzana, cortó las calles y presionó al joven. La madre pidió para aconsejarle que se entregara. En medio de las negociaciones, trascendió que amistades de Daiana habían secuestrado al hermano de Gastón para que éste se entregara.

La Policía dijo que no hubo secuestro, pero no quiso dar precisiones sobre el alcance de alguna acción similar. Sobre las cinco de la tarde (una hora menos en Puerto Rico), el secuestrador dejó salir a una de las rehenes. La tensión cedía. A la media hora fue otra. Y finalmente, salieron todas. La dueña de la peluquería salió del local con las armas que el joven tomador de rehenes le había dado. La Policía condujo a Gastón a la comisaría, derivado a la Justicia.

 

No había registro de denuncias por violencia doméstica entre la pareja. «La vida es corta» es la leyenda que Daiana tenía fija en su perfil de redes sociales, junto a su foto sonriente.

 

Por La Nación / GDA

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