La ciudad de Nueva York celebra hoy una victoria tras la decisión de un tribunal de apelaciones estatal que rechazó una demanda de las aplicaciones de comida a domicilio para frenar una ley que establecía un salario mínimo para miles de repartidores, conocidos como «deliveristas».
El pasado 12 de julio iba a entrar en vigor en vigor una ley municipal de Nueva York que beneficia a unos 60,000 trabajadores y establece un salario mínimo para los repartidores de comida de 17.96 dólares la hora, y contempla un aumento hasta los 19.96 dólares a partir del 1 de abril de 2025.
No obstante, su aplicación quedó pospuesta después de que las aplicaciones DoorDash, Uber Eats y GrubHub, que dominan el sector de los repartos de comida a domicilio, demandaran a la ciudad el 7 de julio argumentando que ese salario que se iba a establecer era muy alto.
También argumentaron que la nueva ley les obligaría a aumentar las tarifas a los consumidores y limitar el número de personas que trabajan para las aplicaciones.
Un juez falló en contra de las compañías, que elevaron la cuestión a la División de Apelaciones de la Corte Suprema del estado, que emitió finalmente hoy su decisión a favor de los trabajadores.