Con el discurso sobre el Estado de la Unión el martes por la noche, el presidente Barack Obama dejó en claro que no se dejará amedrentar por una oposición republicana que lo viene acusando sistemáticamente de ser un socialista. Todo lo contrario. En nombre de la clase media, Obama dijo que había que terminar con los beneficios impositivos que favorecen al 1% de la población. Y habló de la importancia de la intervención del Estado para crear las condiciones que le permitan a la economía recuperar su estabilidad de una manera más justa y duradera.
Obama inició ayer una gira que incluirá cinco Estados clave para las elecciones presidenciales de noviembre: Iowa, Arizona, Nevada, Colorado y Michigan, donde piensa insistir sobre esos dos temas.
“Escucho a mucha gente llamar a esto lucha de clases, pero yo pienso que es de sentido común pedir a un multimillonario que pague al menos tanto (porcentualmente) como su secretaria”, dijo Obama ayer en Iowa explicando que no se trata de odiar a los ricos. “Todos queremos ser ricos pero si no pagan más impuestos habrá más déficit fiscal y los impuestos de la clase media aumentarán.” “No hay ninguna razón por la cual no podamos recuperar la promesa básica estadounidense de que si uno trabaja duro tendrá éxito. EE.UU. no se basa en dádivas. EE.UU. se basa en ganarse todo lo que uno tiene”, subrayó.
En Detroit, Michigan, Obama insistirá en que fue gracias a la intervención del Estado que la industria automotriz estadounidense logró sobrevivir.
El discurso sobre el Estado de la Unión que pronunció Obama el martes fue en la dirección opuesta al de Bill Clinton en 1996, cuando después de haber perdido el control de la mayoría en el Congreso, buscaba como Obama su reelección. En aquel entonces, Newt Gingrich era el Presidente de la Cámara de Diputados y con su muy conservador “Contrato para las Américas” había logrado correr el eje político de Washington hacia la derecha. En vez de intentar revertir esa ola conservadora, Bill Clinton se montó sobre ella y se corrió hacia el centro derecha del espectro político. “Se acabó la era de los gobiernos grandes”, dijo.
Obama hizo todo lo contrario: se movió hacia el centro izquierda.
Obama cree que la clase media está cansada de ver cómo el 1% acumula riquezas mientras que la división con los más pobres es cada vez más grande.
Los candidatos republicanos no perdieron el tiempo en atacar a Obama. El ex gobernador de Massachussetts, Mitt Romney, dijo que el presidente tiene “un récord actual de deuda, caída y decepción” . Su rival en la interna republicana, Newt Gingrich, también dijo por su parte que Obama “no parece operar en el mismo planeta”.
Una encuesta realizada ayer a través de grupos focales en los 50 Estados después del mensaje presidencial indicó que la mayoría de los entrevistados estaba muy satisfecho con el discurso de Obama.
“Yo estoy de acuerdo con la reforma impositiva, que el 1% debe pagar más que el otro 99%. Obama habla de la necesidad de ser todos uno y uno para todos, eso me parece bien”, dijo uno de los encuestados.