Un cura holandés, de 75 años, murió de heridas de bala en la ciudad sitiada de Homs, en Siria.
La orden jesuita en Holanda, a la que pertenecía el religioso, informó que se llevaron a Frans Van Der Lugt de su casa y luego le dispararon dos veces en la cabeza.
El anciano jesuita eligió permanecer en Homs a pesar de los bombardeos diarios y la escasez de suministros, alegando que no abandonaría el lugar mientras todavía quedaran cristianos en las áreas bloqueadas.
Van Der Lugt emitió un mensaje de video este año, en el que urgía al mundo a actuar para ayudar a la gente de Homs, quien dijo están viviendo en la miseria y la desnutrición.
El Vaticano dijo que el padre Frans murió como un hombre de paz que demostró gran coraje al pertenecer leal a la gente de Siria.