François Hollande llega hoy a Washington en la primera visita de Estado de un presidente francés desde 1996, para relanzar con su par estadounidense, Barack Obama, la economía y la cooperación internacional. Pero su llegada puso en apuros a los encargados del protocolo de la Casa Blanca: el mandatario llegará sin primera dama, luego de su separación de Valérie Trierwailer, en medio de un escándalo.
El viaje ha despertado gran expectativa en Francia, por la importancia de la relación bilateral, pero sobre todo porque es el primero de carácter oficial que hace Hollande desde que se oficializó su ruptura con Trierwailer, luego de que una revista ventilara el amorío del presidente, de 59 años, con la actriz Julie Gayet, de 41.
Originalmente previsto para la pareja presidencial, el protocolo de la visita ha tenido que adaptarse a un mandatario sin una compañera oficial. La ausencia de primera dama quedará especialmente de manifiesto en la cena de gala que Obama ofrecerá mañana.
Antes de que estallara el escándalo por la infidelidad de Hollande, la Casa Blanca esperaba que el líder francés llegara con Trierwailer, y había armado una lista de 300 invitados para homenajear a la pareja presidencial. Las tarjetas, con el sello presidencial grabado en oro, ya estaban impresas y listas para ser repartidas, según publicó ayer el diario The New York Times.
Pero la revelación de la revista francesa Closer, que mostró fotos de Hollande con casco de motociclista entrando a la casa de Gayet, y el escándalo posterior, que terminó con la separación de Trierwailer –con quien Hollande no estaba casado–, obligó a la Casa Blanca a un súbito cambio de planes. Las tarjetas de invitación debieron ser destruidas y reemplazadas por otras en las que no figurara el nombre de la primera dama francesa.
El “affaire Hollande” se convirtió en una situación por demás incómoda para el protocolo de la Casa Blanca. No es habitual, señaló The New York Times, que un mandatario extranjero se separe de su mujer días antes de participar de la gala más formal en la residencia presidencial estadounidense.
Al menos por un par de días, la oficina de asuntos sociales de la Casa Blanca se preguntó si “la otra mujer”, Gayet, viajaría en lugar de Valérie. La incertidumbre se resolvió finalmente cuando se anunció que la actriz no iría.
Ahora se sabe que no se hará el tradicional té o café que Michelle Obama suele ofrecer a las primeras damas visitantes. Y la esposa de Obama no tendrá a quién llevar a recorrer una escuela local, como ha hecho con otras visitas.
El giro en la vida privada de Hollande planteó una serie de interrogantes para la Casa Blanca. ¿Quién deberá ubicarse junto al presidente francés, en el lugar originalmente previsto para Trierwailer en la mesa? ¿Deberá hacerse un baile, si el invitado especial de Obama no tiene con quién bailar? La oficina de protocolo, siempre muy discreta y casi tan misteriosa como Corea del Norte, no largará prenda sobre qué modificaciones ha tenido que hacer, señaló el Times.
Por ahora, lo que se sabe es que está prevista una cena de gala a la que están invitados funcionarios del gobierno, líderes empresariales y algunas figuras del espectáculo.
Con todo, Hollande no es el primer presidente francés que llega solo en una visita a Washington. En 2007, su predecesor, Nicolas Sarkozy, sorprendió a George Bush apenas tres semanas antes de una cena prevista en la Casa Blanca, al anunciar su divorcio de Cécilia.
Hollande viaja acompañado por varios miembros de su gobierno y de una nutrida delegación empresarial, ya que la visita tiene un marcado tinte económico. Pero también servirá para marcar el buen momento en las relaciones entre París y Washington, manchadas por casos puntuales, como el espionaje revelado por Edward Snowden o las discrepancias sobre el tratamiento de la crisis siria.
Fuente: Clarín