El fin de semana, Jessica Kornfeld llevó a sus hijos hasta la escuela, en un suburbio de Miami. Quería que tuvieran la certeza de que aún es un lugar seguro, que es el mismo colegio de siempre, a pesar de la masacre del viernes en el pueblito de Newtown, Connecticut, donde 20 nenes, casi de la misma edad que ellos, fueron asesinados.
"Nuestra escuela es la misma", les dijo, "va a estar todo bien".
Al igual que Kornfeld mucho padres se pasaron todo el fin de semana, en distintos puntos de EE.UU., intentado apaciguar los miedos de sus hijos de volver hoy, lunes, al colegio por primera vez desde la masacre.
Las autoridades escolares prácticamente rogaron para que hoy hubiese más patrulleros policiales y planes revonados de seguridad a mano.
Y aún así, fue casi imposible que los padres estadounidenses llegaran a hoy lunes sin una enorme carga de ansiedad.
Los maestros también se mostraron preocupados y se prepararon para lo que hoy deberán enfrentar en las aulas.
"Va a ser un día duro", dijo Richard Cantlupe, profesor de Historia de la escuela media de Westglades en Parkland, Florida. "Esto fue como nuestro 11-S para las maestras de escuela".
Cantlupe explicó que a sus alumnos les va a decir que su principal trabajo es mantenerlos a savlo, y que igual que las maestras en Connecticut, hará cualquier cosa para asegurarse de que estén lejos del peligro.
El comisionado de Educación de Connectitcut, Stefan Pryor, manifestó que su agencia estaba enviando una carta a todos los superintendentes de escuelas del estado con una lista de consejos para las maestras para ayudarlas a tartar el tema del tiroteo con sus alumnos.
"En muchos casos, las maestras querrán analizar los hechos porque son tan recientes y tan significativos, pero no necesariamente sabrán cómo hacerlo", dijo Pryor.
Algunos funcionarios no quisieron dar detalles públicamente, pero está claro que la vigilancia en todos los colegios de EE.UU. será alta durante toda la semana luego de una de las peores masacres en la historia del país: 26 personas murieron en la primaria Sandy Hook, en su mayoría niños de 6 y 7 años. El tirador, Adam Lanza, luego se suicidó de un tiro.
(Agencias)