ABC.- ¿Has oído hablar alguna vez del ajo negro? Aunque su apariencia es de todo menos atractiva al paladar, lo cierto es que se trata de un alimento bastante sano.

El ajo negro se produce, según cuenta la dietista-nutricionista Ana Colomer, por la fermentación del propio ajo a temperaturas bastante altas, durante aproximadamente un mes. «Al ser un alimento fermentado tiene un sabor peculiar tirando a dulce/amargo, tipo regaliz», comenta.

La propiedad que más predomina en el ajo negro es la antioxidante, por su alto contenido en fitoquímicos, ya que protege a nuestras células del famoso estrés oxidativo.

Como precaución antes de consumirlo, cuenta Ana Colomer que las personas intolerantes o con problemas relacionados con la microflora intestinal deberían reducir su consumo casi a mínimos. Igualmente, deben cuidar su consumo «aquellas personas con problemas de circulación sanguínea».

Ajo negro en la cocina

Aunque no lo creas, tiene muchos usos culinarios. Por ejemplo, puede servir como condimento o formar parte como de nuestras parrilladas o revueltos de verduras y arroces más deliciosos.

«Yo lo utilizo mucho para condimentar el tofu, ya que le da un toque delicioso y diferente», confiesa Ana Colomer, que asegura que muchos chefs los utilizan como decoración de cremas de verduras o ensaladas gourmet, «garantizando un toque muy sabroso».

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