El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, lamentó que el país haya aceptado con "insidiosa resignación" la violencia de las armas como "algo normal" y aseguró que los cambios legales necesarios para controlar lo que llamó "una epidemia" de violencia callejera no saldrá de los políticos en Washington, sino del pueblo.
Obama ofreció unas palabras durante la ceremonia en memoria de las 12 personas que murieron este lunes en el ataque de un pistolero en una base naval de Washington.
Unas cuatro mil personas estuvieron presentes en el acto que se realizó dentro de las instalaciones del complejo militar, ubicado a pocos kilómetros del centro de la capital estadounidense.
El lunes Aaron Alexis, un contratista de 34 años, ingresó a uno de los edificios donde funciona el comando de comunicaciones de la armada estadounidense y empezó a disparar sin que aún se conozcan los motivos para el ataque.
Obama recordó otras matanzas provocadas por personas armadas y con problemas mentales como las de la base militar de Fort Hood, Texas en 2009; Tucson, Arizona en 2011 y la del cine de Aurora, Colorado, en 2012, así como la muerte de una veintena de niños de primaria el pasado diciembre en Newtown, Connecticut.
El presidente dijo que todas estas víctimas no son "números y estadísticas", sino el recordatorio de un problema real que aseguró en otros países provocó cambios y movilizaciones para modificar las leyes de tenencia de armas y controles psicológicos.
En tragedias anteriores, el presidente pidió cambios en las leyes sobre posesión de cierto tipo de armas, pero esas iniciativas han fracasado en el Congreso.
BBCMUNDO