El balance total de muertes por COVID-19 en Nueva York es muy superior a las cifras oficiales, dado que no se están contabilizando de 100 a 200 personas que fallecen cada día en sus casas sin haber sido sometidas a pruebas, pero que probablemente tenían la enfermedad.
Así lo advirtió este miércoles el alcalde, Bill de Blasio, que defendió la necesidad de incluir a estas víctimas en el recuento para explicar verdaderamente la dimensión de la tragedia, que en la ciudad se ha cobrado ya más de 3.500 vidas, de acuerdo con los números oficiales del martes.