La tercera fumata desde que comenzó el Cónclave ayer fue blanca. Unas 24 horas tardaron los cardenales en ponerse de acuerdo y elegir a un nuevo Papa. Las campanas de la Basílica de San Pedro y el humo blanco anunciaron al mundo, y en especial a los católicos, que tienen nuevo líder.
Los cardenales tardaron casi lo mismo que en 2005 cuando eligieron a Joseph Ratzinger en abril de ese año al frente del Vaticano. Precisamente, la renuncia de Benedicto XVI fue la que abrió las puertas para este nuevo cónclave del siglo XXI, algo que no había ocurrido en 600 años.
En un rito que viene repitiéndose desde tiempos inmemoriales, la chimenea de la Capilla Sixtina anunció que los cardenales eligieron por amplia mayoría al nuevo pontífice que guiará a los 1.200 millones de fieles que profesan la religión católica en unos tiempos especialmente difíciles.
El nombre del cardenal electo y el nombre que elija como Papa no se conocerán hasta que se pronuncie el famoso “Habemus Papam'' (tenemos Papa) desde el balcón de la basílica de San Pedro dentro de aproximadamente 30 minutos.
La prensa italiana citaba entre los principales favoritos al brasileño Odilo Scherer y el italiano Angelo Scola. Pero también se mencionaban otros como el estadounidense Timothy Dolan.
El humo blanco de la chimenea regó el lluvioso cielo de Roma en la tarde del segundo día de cónclave y tras sólo dos fumatas negras.
Miles de fieles congregados en la Plaza de San Pedro celebraron con júbilo la fumata, mientras las campanas de la basílica empezaban a repicar para festejar la noticia, tal y como manda la tradición.
Clarín