La fuga de Joaquín Guzmán, El Chapo, ha dejado en sus primeras horas todo un reguero de comentarios e informaciones sobre la figura del criminal más famoso y buscado de la aldea global.

Estados Unidos, quién había reclamado su extradición a México, ofreció su ayuda para intentar recapturar al narcotraficante. Todos los responsables de los partidos políticos de la oposición exigen responsabilidades ante lo sucedido. México vive perplejo de nuevo su enésimo capítulo bochornoso relacionado con temas de seguridad.

Tras enterarse de los sucedido Enrique Peña Nieto, envió de vuelta a México a su número dos y secretario de Gobernación, Osorio Chong, para intentar apagar el inmenso incendió al que se enfrenta su gabinete mientras él sigue con su viaje oficial en Francia que entre otras cosas servirá para lucir al Ejército mexicano por las calles de París en Día Nacional francés. El mismo Ejército que detuvo en febrero de 2014 al Chapo.

El que sí ha hablado ha sido Alfredo Guzmán, alias ‘Chapito’ e hijo de Joaquín Guzmán, que publicaba en su cuenta de Twitter que «a miapá no más le pega en gana y se fuga de la prisión». Los medios especulan, ante lo pronto de su reacción, pocas horas después de producirse la fuga, si tendría el vástago información privilegiada sobre la fuga de su padre.

Mientras, México intenta blindarse para evitar una salida del país del Chapo y se suceden controles de carreteras y aeropuertos para intentar localizar al narco. Interpol, tras emitir México la preceptiva alerta, ha colocado de nuevo a Guzmán entre sus objetivos prioritarios en busca y captura. También las oficinas de inmigración centroamericanas están alerta ante la fuga del Chapo. Las autoridades contemplan como probable «su salida del país», aunque también se le busca en el inmenso DF.

Responsabilidades
Por ahora hay ya también 18 detenidos, todos funcionarios del penal del Altiplano que trabajaban en el momento de la fuga, que han sido conducidos a las dependencias de Subprocuraduría Especializada de Delincuencia Organizada (Seido) para ser interrogados. En este momento, en todo caso, todos los funcionarios del Altiplano son sospechosos. En la anterior fuga carcelaria del Chapo, entonces en 2001 en Jalisco, acabaron siendo detenidos 15 funcionarios que colaboraron con el escape.
Mientras, la propia Fiscal General, Arely Gómez, se ha trasladado al penal para comenzar las investigaciones y controlar que se mantenga el orden en un presidido donde están encerrados todos los grandes criminales mexicanos. La que podría compararse con la prisión de ficción Blackgate, de la ciudad de Gotham, aquella en la que en los cómics de Batman se acumulan villanos que el hombre murciélago mete entre rejas, tiene una completa colección de criminales con miles de muertos a sus espaldas.

Narcos tan famosos como La Tuta, líder de los Caballeros Templarios; Omar Treviño, líder los Z; José Tiburcio, jefe del Cártel del Golfo; El Ingeniero, líder del Cártel de Tijuana; el Menchito, ‘número dos’ de Jalisco Nueva Generación; José Luis Abarca, el alcalde de Iguala responsable de la famosa matanza de los estudiantes de Ayotzinapa; Héctor Beltrán Leyva, el «H»; Édgar Valdez, el sanguinario «la Barbie»; o el secuestrador Daniel Arizmendi, el Mochaorejas, nombre que ganó por su costumbre de cortar las orejas de sus víctimas, son algunos de los villanos del presidio de alta seguridad.

La hasta ahora inexpugnable prisión cuenta con un circuito cerrado de cámaras y hasta sensores de movimiento. «Tiene una capacidad instalada para recluir a 724 internos y ocupa una extensión aproximada de 260 mil metros cuadrados, de los cuales 27.900 componen las instalaciones de la prisión. El resto se utiliza como área de seguridad, y para las instalaciones diversas como son el centro de apoyo a la seguridad y guarda, rondín perimetral, sala de espera y estacionamientos», afirma el periódico Universal.

CORTESÍA DE ELMUNDO.ES

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