LA HABANA , Cuba.- Las FARC exhortaron al gobierno colombiano este miércoles a legalizar los cultivos de marihuana, amapola y hoja de coca, así como el consumo de drogas derivadas en el marco de un reordenamiento del uso de la tierra y para beneficio de los campesinos.
Los rebeldes presentaron la propuesta a los delegados del presidente Juan Manuel Santos, con quienes sostienen un diálogo cuya intención es llevar a la paz en la nación sudamericana.
"Legalizar el consumo acompañado siempre de una fuerte educación a la juventud… como se legalizó en el pasado el uso del tabaco y del alcohol, se puede hacer con la cocaína", dijo la prensa el comandante rebelde Iván Márquez.
Márquez, cuyo nombre legal es Luciano Marín Arango, encabeza por la parte guerrillera las conversaciones en la isla, basadas en seis puntos y cuyo primer capítulo es el tema agrario.
En paralelo a la legalización del consumo, comentó Márquez, habrá que resolver un aspecto distinto de "este problema que es el de los campesinos que por necesidades económicas han tenido que verse forzados al cultivo de la hoja de coca" y que actualmente es penalizado.
El llamado consumo personal o posesión de cocaína está permitido con algunas limitaciones en Colombia.
Márquez hizo estas declaraciones a la prensa minutos antes de que los rebeldes ingresaran para una de sus cotidianas rondas de negociaciones, iniciadas en octubre en Noruega y trasladadas a Cuba en noviembre. Cuba, Noruega, Chile y Venezuela auspician el diálogo de paz.
Las declaraciones de Márquez tienen también como telón de fondo un profundo debate encabezado por el propio presidentes Santos y otros presidentes latinoamericanos que están dispuesto a ser regularizar el uso de drogas para poner fin a la inseguridad ciudadana y violencia provocada por la ilegalidad.
Mientras, Santos llamó a las naciones desarrolladas —en especial a Estados Unidos— a responsabilizarse de estimular la producción y el contrabando por ser los mayores consumidores.
Recientemente, Uruguay y Argentina también tuvieron debates sobre si legalizar algunas drogas. Además, Márquez leyó un documento con las "ocho propuestas" que están debatiendo con las autoridades para "el reordenamiento social y ambiental, democrático y participativo" del territorio.
Precisamente el último capítulo se titula: "Cultivo de uso lícito de marihuana, amapola y hoja de coca y sustitución de cultivos de uso ilícito".
En este documento los rebeldes piden que cese la criminalización de las comunidades campesinas que plantan estos cultivos y la suspensión de las aspersiones áreas, considerando el impacto ambiental negativo de estos tóxicos.
El documento también pide un control del uso de aguas y explotación minera, el desestímulo de la ganadería extensiva, el respeto al derecho de las comunidades locales y hasta la creación de un ente regulatorio denominado Consejo Nacional de Tierra.
La propiedad de la tierra y la compleja problemática rural colombiana son consideradas una de las raíces del conflicto armado interno en este país de 114 millones de hectáreas y una enorme diversidad climática.
Rebeldes y gobierno adelantan una negociación para desactivar el conflicto armado de cinco décadas en base a un convenio acordado en 2012 de seis puntos entre ellos la tierra —sobre la mesa actualmente—, el combate a las drogas ilícitas y la reinserción de los rebeldes, entre otros.
Asímismo Márquez volvió a insistir en que no hay crisis en la negociación, luego de que medios de prensa colombianos reportaran fricciones entre las partes y se hicieron eco de encuentros armados de ambos bandos sobre todo en el sur del país, pues las conversaciones se llevan adelante sin un cese de hostilidades.
Según las autoridades, cuyo delegado Humberto de la Calle guarda total hermetismo, las conversaciones podrían estar llegando a su fin en noviembre. Creadas a comienzo de los 60, las FARC son la guerrilla en activo más antigua del continente y cuenta unos 9.000 hombres en armas.