EFE:- Una monja francesa, que se cree era la persona más anciana del mundo, pero que aparentemente ya estaba fatigada por la edad, murió unas pocas semanas antes cumplir 119 años, informó el miércoles un portavoz de la residencia de cuidado geriátrico en la que vivía en el sur de Francia.
Lucile Randon, conocida como hermana André, nació el 11 de febrero de 1904 en la localidad de Ales, en el sur de Francia, y vivió las dos guerras mundiales. De niña quedó asombrada por su primer contacto con la luz eléctrica en la escuela y, más recientemente, sobrevivió al COVID-19 sin darse cuenta siquiera que estaba infectada.
Falleció a las 02:00 de la mañana del martes en la residencia de Sainte-Catherine-Laboure, en la ciudad portuaria de Toulon, indicó el vocero David Tavella.
El Gerontology Research Group, que corrobora datos de personas que se cree tienen 110 años o más, la nombró como la persona de mayor edad en el mundo después e que la japonesa Kane Tanaka falleció el año pasado a los 119 años.
Ahora, la persona de más edad en el mundo de la que se tenga conocimiento, según la lista del Gerontology Research Group, es la estadounidense Maria Branyas Morera, quien vive en España y tiene 115 años.
La hermana André arrojó positivo a coronavirus en enero de 2021, poco antes de cumplir 117 años, pero tenía tan pocos síntomas que ni siquiera se dio cuenta que estaba infectada. Su supervivencia acaparó titulares dentro y fuera de Francia.
Cuando se le preguntó sobre su extraordinaria longevidad después de haber sobrevivido a dos guerras mundiales, comentó a los medios de comunicación franceses en abril que: “Trabajar… te hace vivir. Trabajé hasta los 108 años”.
Pero luego de haberse recuperado del COVID-19 en 2020, la hermana André señaló que “Dios se ha olvidado de mí”, de acuerdo con el periódico local Midi Libre.
El periódico reportó que durante una visita que se le realizó en mayo se le vio aprisionada por los achaques de la edad, había perdido visión, tenía mala audición y su rostro estaba contorsionado por el dolor en las articulaciones.
En sus mejores tiempos, la hermana André era conocida por disfrutar de una copa de vino a diario y un poco de chocolate. Brindó con champaña, vino tinto y oporto en su cumpleaños 117.
“Me hizo muy, muy, muy, muy feliz”, comentó en aquel entonces durante una entrevista telefónica con The Associated Press. “Porque vi a todos los que amo y doy gracias al cielo por habérmelos dado. Doy gracias a Dios por las molestias que se tomaron”.
La hermana André, que al parecer adoptó su nombre religioso en honor de un hermano predilecto, recordó los momentos culminantes de su larga vida durante su entrevista en mayo a Midi Libre, diciendo: “El día más hermoso de mi vida fue cuando se declaró el Armisticio (que ponía fin a la Primera Guerra Mundial)”, y los residentes de Ales se reunieron en la plaza principal para cantar el himno nacional de Francia.
La electricidad, con la que se encontró por primera vez al encender una luz en la escuela cuando era pequeña, fue para ella una palabra nueva que aprender y, dijo, “una alegría.”
En un comunicado, el presidente francés Emmanuel Macron y su esposa, Brigitte, elogiaron a “esta personalidad altruista a la que los franceses consideraban como una referencia, una fuente de orgullo y apego.” El comunicado señala que la hermana André vivió a lo largo de 18 presidentes franceses diferentes.
Jeanne Calment, una mujer francesa que también vivió en el sur de Francia, murió en 1997 a la edad de 122 años y se dice que ostenta el récord de longevidad.