Mientras los equipos de rescate excavaban este martes un túnel con la esperanza de encontrar al pequeño Julen, quien desapareció hace dos días y que se cree que cayó a un pozo, se conoció el dato de que los padres del menor, José Rosello y Victoria García, perdieron un hijo el 23 de abril de 2017.
Óliver, de tres años, sufrió un infarto cuando paseaba de la mano de su prima por la playa de El Palo (Malaga), el barrio en el que residen.
Julen tenía unos pocos meses de vida e iba acompañando a Óliver, su hermano de tres años, cuando este murió. La repentina muerte del niño sorprendió a todos, en especial a la madre, que según relatan vecinos y familiares, tardó mucho en reponerse.
Según informó el diario español El País, algunos vecinos de la pareja revelaron que «la familia ha sufrido mucho desde la muerte de Oliver». En la zona conocida como las cuatro esquinas, muy cerca de donde viven, «todos han lamentado la desaparición de Yulen y tienen aún esperanza en que pueda ser rescatado con vida».
El padre del pequeño Julen, lleva desde el domingo durmiendo junto a su mujer en un automóvil, cerca del agujero donde su hijo cayó mientras disfrutaban de un día de campo en la localidad de Totalán (Malaga). «¿Dónde voy a estar si no? Aquí donde estoy y, aun así, estoy demasiado lejos de él», asegura José Rosello al otro lado del teléfono, roto de dolor, durante una conversación de unos cinco minutos con el diario local Sur en la mañana de este martes.
Según relata el medio, el hombre aenas puede hablar de lo que ocurrió el pasado domingo. «Ya se ha contado todo», afirma y relata una y otra vez que que él no vio al niño caer, pero que sí lo escuchó llorar. «Se separó unos metros de nosotros y cayó por el agujero. Yo fui corriendo y le dije ‘Tranquilo, tranquilo, que el hermano nos va a ayudar (en referencia al hermano mayor que falleció en 2017). Aparté como pude todas las piedras que había para que no cayeran dentro del agujero. Yo escuchaba a mi hijo llorar, pero no podía hacer nada».
El pozo, de 100 metros (330 pies) de profundidad y que es demasiado estrecho para que entre un adulto, se había abierto el mes pasado durante trabajos de prospección de agua y no estaba señalizado.
Fuente: El Nuevo Día