El Salvador no conocerá el nombre de su próximo presidente hasta el 9 de marzo, cuando se lleve a cabo la segunda vuelta entre Salvador Sánchez Cerén, del oficialista FMLN, y Norman Quijano, del derechista partido ARENA.

Con más del 85% escrutado, el Frente Farabundo Martí para la Liberación Naciona del actual vicepresidente Sánchez Cerén obtiene el 48% de los sufragios.

Por su parte, Quijano, recibe el 38%, mientras que Antonio Saca, de UNIDAD, lleva un 11,40%.

De acuerdo a la ley electoral salvadoreña, para ganar un candidato debe obtener el 50% mas uno de los votos válidos.

Sánchez Cerén dijo en un pronunciamiento ante la prensa que está listo para un triunfo en la segunda ronda «por más de veinte puntos de diferencia»
Quijano llamó a la militancia a salir a votar el 9 de marzo y admitió que el principal reto será el de convencer a los ciudadanos de emitir nuevamente su voto.

Jornada sin incidentes
Las votaciones comenzaron a las 07:00 horas (local) y la jornada transcurrió en un ambiente de tranquilidad, sin incidentes, vigiladas por casi 23.000 agentes de la Policial Nacional Civil.

El TSE instaló un total de 10.446 urnas en 1.593 centros de votación en todo el país, en unos comicios para los que cerca de cinco millones de personas estaban habilitadas para sufragar.

El proceso incluyó la novedad del voto desde el exterior, por la vía postal, para el que sólo se inscribieron 10.337 electores, una cifra pequeña en comparación con los tres millones de salvadoreños que viven en el extranjero.

El Salvador es uno de los países más violentos del mundo con un elevado índice de criminalidad. Al mismo tiempo su economía está debilitada por un magro crecimiento que ha condenado a la emigración a buena parte de su población.

Sánchez Cerén y Quijano presentan posturas opuestas sobre sus métodos para combatir la delincuencia en el país, el mayor desafío de El Salvador.
El primero propone programas de reinserción social para jóvenes delincuentes mientras que Quijano presenta un plan de mano dura contra las pandillas.

Sánchez Cerén, de 69 años y quien aspira a convertirse en el primer exguerrillero en llegar a la presidencia, prometió durante esta jornada formar «un gobierno abierto con la participación de diferentes sectores» y mantener las políticas sociales del presidente saliente.
Quijano, de 67 años, ha prometido trabajar para conseguir «más seguridad y más empleo» y, especialmente, se propone aplicar «mano dura» contra los delincuentes.

Al futuro mandatario, que asumirá el 1 de junio, le espera el desafío de lidiar con las pandillas, que pese a que mantienen desde marzo de 2012 una tregua que redujo los homicidios de 14 a 6,8 por día, extorsionan y controlan barrios enteros.

Las elecciones presidenciales fueron monitoreadas por cerca de 4.000 observadores que, tras la jornada, presentaran sus informes sobre el desarrollo de los comicios.

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