«Esta tormenta es un monstruo», advirtió el gobernador de Florida, Rick Scott, poco antes de que el huracán Matthew comenzara a afectar la costa este de esa península estadounidense en la noche del jueves.
Aunque en Miami, la ciudad más poblada de Florida, no se confirmaron los peores augurios, la tormenta se sintió con fuerza pocos kilómetros al norte.
Fortalecido en su paso por Bahamas, hasta alcanzar de nuevo la categoría 4,Matthew registraba ráfagas de hasta 205 kilómetros por hora cuando se acercó a la costa de Florida.
Y en la madrugada del viernes, si bien ya degradada a categoría 3, la tormenta ya se encontraba a 70 kilómetros al este de Vero Beach y 125 kilómetros al sureste de Cabo Cañaveral, con vientos sostenidos de 195 kilómetros por hora y moviéndose en dirección noroeste.
«El ojo del extremadamente peligroso huracán Matthew se está acercando a la costa este de Florida«, resumió el Centro Nacional de Huracanes (NHC) de EE.UU. en su comunicado de las 2:00 am locales (06:00 GMT).
«El centro de Matthew se moverá cerca o sobre el este de la costa de Florida a lo largo de esta noche y cerca o sobre las costas de Georgia y Carolina del Sur el sábado», especificó el NHC.
«Aunque se prevé que se pueda debilitar más en las próximas 48 horas, se espera que Matthew sea un poderoso huracán de categoría 3 en su acercamiento a las costas de Florida», agregó el organismo.
Horas antes, Matthew había atravesado las Bahamas, desde donde llegaron noticias de destrozos en viviendas como techos volando, pero no se ha hablado de víctimas fatales.
El martes y miércoles la tormenta había golpeado Cuba y, sobre todo, Haití donde el último balance de las autoridades habla de 339 muertos.
En Florida, en torno a 2 millones de personas recibieron instrucciones de evacuar sus casas.
El gobernador Scott dijo que los daños pueden ser catastróficos y recordó que quienes residen en las zonas de evacuación a lo largo de la costa deben irse inmediatamente.
«Deben irse. Evacúen, evacúen, evacúen», dijo.
«La tormenta ya ha matado a muchas personas. Debemos esperar el mismo impacto», afirmó Scott ante el escepticismo de muchos habitantes de Florida.
Y añadió: «Si dudan sobre evacuar solo piensen en todas las personas a las que la tormenta ya ha matado. Ustedes y su familia podrían ser parte de esas cifras si no se toman esto en serio».
Las últimas proyecciones del Centro Nacional de Huracanes (NHC, por sus siglas en inglés) apuntan a que el ojo se moverá en paralelo a la costa, pero no descartan su entrada en la península.
Las autoridades han advertido a los habitantes de Florida que es prácticamente seguro que ocurran masivos cortes de luz e inundaciones.
De hecho, unos 80.000 negocios y viviendas pasaron la noche del jueves sin electricidad.
Desde tempranas horas de la mañana, muchos ciudadanos acudieron a los comercios para hacer las compras de última hora y abastecerse de los insumos requeridos para hacer frente a los efectos de Matthew.
«Estoy preocupada. Están diciendo que va a ser la peor tormenta que hayamos visto», dijo Marion Smith al diario Miami Herald. La estadounidense de 76 años vive en una zona de casas rodantes en Palm Bay, ciudad ubicada en el centro este de Florida.
En cambio, Allen Briggs, de 43 años, cuya familia lleva más de un siglo viviendo en la zona, afirmó al mismo medio: «No creo que vaya a ser gran cosa«.
«Los medios siempre hacen un circo sobre el tema. No estoy preocupada».
El NHC advirtió que en algunas partes de la costa de Florida, las aguas podrían elevarse hasta en 2,7 metros.
Emergencia
En su camino hacia el norte, se espera que Matthew pronto también comience a afectar a Carolina del Sur, Carolina del Norte y Georgia, donde han declarado la emergencia en los últimos días, lo que permite tomar medidas extraordinarias.
Si recupera fuerza, Matthew podría convertirse en el primer huracán de categoría 4 en tocar tierra en Estados Unidos desde que lo hizo Charley en agosto de 2004, que causó destrozos por US$14.000 millones.
Se estima que un huracán de esa categoría es capaz de derribar árboles y causar daños graves a casas bien construidas.
Y aún degradado a categoría tres, el potencial destructivo de Matthew no debe desestimarse.
BBC Mundo