Este lunes ha comenzado en Yulin, en el sur de China, el polémico festival en el que los participantes comen carne de perro y frutos de lichis.
Según residentes de la zona, recientemente las autoridades suspendieron sin dar explicaciones el servicio de trenes a dicha ciudad, lo que dificultaría la llegada a Yulin de activistas defensores de los derechos de los animales, informan medios locales.
En el período previo al festival, que dura diez días, comerciantes de lugares tan lejanos como la provincia de Sichuan planeaban proveer con perros a Yulin, comunicó un grupo de animalistas en su cuenta de WeChat.
De hecho, en esa misma provincia la Policía arrestó a una persona en la ciudad de Mianyang después de hallar en su casa 56 canes enjaulados y herramientas de matanza.