La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) propone una condonación de la deuda de los países del Caribe por parte de las instituciones multilaterales acreedoras y la creación de un fondo regional de resiliencia, dado que se trata de un lastre que dificulta los avances económicos y sociales de la subregión y el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), que se aprobarán en septiembre en Nueva York.
Esta propuesta será planteada por la Secretaria Ejecutiva de la CEPAL, Alicia Bárcena, durante la Tercera Conferencia Internacional sobre Financiamiento para el Desarrollo, que se celebra en Etiopía del 13 al 16 de julio.
La CEPAL propone que la CARICOM llegue a un acuerdo con el Banco de Desarrollo del Caribe, con el Banco Mundial y con el Fondo Monetario Internacional para lograr una condonación gradual de la totalidad de la deuda pública externa multilateral, dado que esos fondos se destinaron a financiar medidas de recuperación tras el impacto de desastres naturales entre 1990 y 2014.
A cambio, los países beneficiarios deberían realizar pagos anuales a un fondo de resiliencia del Caribe que podría ser administrado por el Banco de Desarrollo del Caribe y que tendría como principales focos hacer frente a desastres naturales, financiar medidas de adaptación y mitigación frente al cambio climático e impulsar el desarrollo social.
En 2013, cinco países del Caribe (Antigua y Barbuda, Barbados, Granada, Jamaica y Saint Kitts y Nevis) se encontraban entre los veinte más endeudados del mundo, de acuerdo con la relación entre su deuda pública y su producto interior bruto (PIB). Ese año, la deuda total, tanto interna como externa, en quince países del Caribe ascendió a 46.000 millones de dólares, equivalentes a 71% del PIB subregional.
Según datos de la CEPAL, la deuda pública externa en siete países con información completa disponible (Belice, Dominica, Granada, Guyana, Jamaica, Santa Lucía y San Vicente y las Granadinas) suma en total 10.955,6 millones de dólares. De ese monto, 40% es multilateral y 14%, bilateral, mientras que el resto (5.037 millones de dólares) es deuda privada públicamente garantizada.
La CEPAL plantea que los ajustes fiscales necesarios para reducir la deuda a niveles sostenibles serían tan duros que llevarían a los países a la recesión. Además, subraya que esta deuda no ha sido fruto de errores políticos, de un mal manejo fiscal o de la crisis financiera internacional, sino de choques externos, agravados por la vulnerabilidad inherente que afecta a los pequeños Estados insulares en desarrollo (PEID) del Caribe, así como por el declive de las inversiones extranjeras directas en las últimas décadas.
Asimismo, los países del Caribe, al ser considerados de ingreso medio, tienen un acceso limitado a préstamos externos en condiciones favorables, lo que les obliga a recurrir a fuentes comerciales que incrementan el peso de su deuda. Todo ello, además, limitará su capacidad para implementar la agenda de desarrollo post-2015.