Al menos diez personas resultaron heridas, una de gravedad, la tarde del martes tras la explosión de una granada dirigida hacia una estación de policía en la capital de Colombia, aseguraron las autoridades.
Pasadas las 18H00 locales (23H00 GMT), desconocidos “lanzaron una granada impactando a dos policías (…) ya otras ocho personas” en el barrio María Paz de la localidad de Kennedy, en el sur de Bogotá, dijo el alcalde de la ciudad Carlos Fernando Galán la noche del martes en rueda de prensa.
Una mujer resultó herida “de gravedad”, aseguró el general José Gualdrón, comandante de la Policía Metropolitana de Bogotá. Los médicos que atienden su caso “están tratando de salvarle la vida”, agregó.
“Nuestros policías están bien”, dijo Gualdrón. Ambos tienen heridas superficiales ocasionadas por esquirlas.
Según el alcalde, el atentado se debe a “una represalia” por unas “90 capturas en la zona” realizadas recientemente contra miembros de organizaciones criminales que manejan negocios ilícitos como la extorsión y el narcotráfico.
En la zona opera la banda criminal transnacional de origen venezolano Tren de Aragua, aunque también organizaciones locales como los Satanás y los Caucanos, dijo el alcalde.
Imágenes difundidas en la noche por las redes sociales de la alcaldía mostraron a investigadores forenses recogiendo indicios en una esquina acordonada por la policía.
Testigos viralizaron imágenes de un autobús de transporte público cuyas ventanas quedaron destrozadas por el impacto.
También el martes, un atentado con explosivos en el municipio costero de Timbiquí, en el departamento del Cauca (suroeste), dejó ocho heridos y destruyó tres viviendas, informaron autoridades.
Colombia enfrenta un conflicto armado de más de seis décadas contra las guerrillas y los carteles del narcotráfico que deja unas nueve millones de víctimas.
Aunque los ataques con explosivos son comunes en Colombia, en la capital de 8 millones de habitantes no ocurren con regularidad.
En el pasado, Bogotá registró atentados con bombas que dejaron decenas de muertos, como el ataque al club El Nogal, perpetrado en 2003 por la extinta guerrilla de las FARC, que mató a 36 personas. En 1993, el capo de la droga Pablo Escobar ordenó un atentado en un centro comercial de una zona exclusiva de la ciudad que dejó ocho muertos.
En 2019, la guerrilla del ELN, que actualmente mantiene atropelladas negociaciones de paz con el gobierno del izquierdista Gustavo Petro, hizo estallar una bomba frente a una escuela de cadetes de la policía que mató a 23 personas.