Una vena de un recluso de Oklahoma «explotó» en medio de su ejecución el martes, obligando a las autoridades a detener abruptamente el proceso y suspender otra ejecución más tarde, mientras tratan de averiguar lo que salió mal.

Clayton Lockett murió 43 minutos después de que se le administró la primera inyección- según el periodista Courtney Francisco de la filial de CNN KFOR que presenció la terrible experiencia- de un aparente ataque al corazón, dijo el Departamento de Correcciones de Oklahoma, Robert Patton.

Esa primera droga, midazolam, se supone que deja a una persona inconsciente. Siete minutos más tarde, Lockett aún estaba consciente. Unos 16 minutos después de que su boca y su cabeza se movieron, él reo aparentemente trató de levantarse y hablar, diciendo: “man” en voz alta, de acuerdo con KFOR.

Otros periodistas -incluyendo Cary Aspinwall del diario Tulsa World- afirmaron versiones similares acerca de que Lockett “seguía vivo», después de haber levantado la cabeza, mientras que los funcionarios de prisiones bajaron las persianas en ese momento para que los espectadores no pudieran ver lo que estaba pasando.

Dean Sanderford, el abogado de Lockett, dijo que vio que el cuerpo de su cliente comenzó a “temblar y él murmuró algo”. Luego, «la convulsión empeoró, parecía que toda la parte superior de su cuerpo estuviera tratando de levantarse de la camilla”.

Fuente: CNN

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