Después de todo, Brady también ha irrumpido por su juego potente en canchas duras, gracias a su fuerte servicio y revés. Llevó a Osaka al tercer set antes de perder la semifinal del Abierto de Estados Unidos en septiembre y ahora se sobrepuso a una estricta cuarentena de dos semanas en Australia para alcanzar su primera final de Grand Slam.
Pero es Osaka, tercera preclasificada, quien abrumó a Serena Williams en la semifinal. La japonesa es la que ostenta una racha de 20 triunfos que se remonta a la pasada temporada.
Y es la que busca su segundo título del Abierto de Australia y el cuarto trofeo de Grand Slam — y apenas tiene 23 años.
Al igual que Williams, campeona de 23 grandes, Osaka sale a la pista con una determinación avasalladora en los momentos decisivos de las grandes citas del tenis. Tiene un récord combinado de 11-0 en cuartos, semifinales y finales de Grand Slam.
“Lo que tengo en mente es que nadie recuerda a los subcampeones. Podría ser, pero el nombre del campeón es el que queda grabado”, aseguró Osaka, quien nació en Japón, de madre japonesa y padre haitiano, antes de que la familia se mudara a Nueva York cuando tenía 3 años.
Williams tenía marca de 8-0 en semifinales del Abierto de Australia hasta que Osaka puso fin a su racha con el triunfo 6-3, 6-4 el jueves, llevándose los últimos ocho puntos del partido tras quedar igualadas 4-4 en el segundo set.