Uno, dos y 600. Si el último sábado su gol sirvió para cerrar el título de Liga del Barça, su olfato este miércoles ante el Liverpool catapultó las opciones azulgranas para materialmente meterse en la final de la Champions. Y fue a hacerlo, quiso la casualidad, el mismo día, 14 años después, de que marcase su primer gol.

El 1 de mayo de 2005, en el que era su noveno partido con el primer equipo azulgrana, Messi ingresó en el campo a los 87 minutos del partido de Liga entre Barça y Albacete. Sustituyó a Samuel Eto’o y en su primera aparición, asistido por Ronaldinho, marcó de vaselina. Pero el árbitro, Velasco Carballo, anuló el gol por fuera de juego. Un minuto y medio después, en una jugada casi calcada, con asistencia de Ronnie y nueva vaselina, logró el 2-0 final.

Su primer gol

Un primero de mayo, y el 600, otro primero de mayo. Entre uno y otro solamente jugó otro partido en esta fecha, en 2010… Y también marcó dos goles, en la victoria liguera del Barça por 1-4 en Villarreal.

En la primera temporada a las órdenes de Guardiola, la 2008-09, los números de Messi ya se dispararon: pasó de marcar 16 goles en 40 partidos en el ejercicio anterior a anotar 38 en 51 apariciones, que dispararon al Barça hacia el primer triplete de su historia y convirtió al argentino en la guinda de un pastel que hizo historia. Y a partir de ahí, desde entonces, ya nunca cerró el astro argentino un curso con menos de 40 goles.

Como si de Michael Jordan en la NBA se tratase Messi ha cubierto un año tras otro, aumentando la leyenda de su futbol y sus goles. Convertido en la razón de ser de un equipo al que alumbró Rijkaard en plena efervescencia de Ronaldinho, a partir del mando de Guardiola se constituyó en el auténtico líder.

Y le regaló su mejor futbol tanto a Pep como después a Tito Vilanova, se mantuvo cuanto pudo con el Tata Martino y recuperó su grandeza en la etapa de un Luis Enrique con el que comenzó chocando y con el que al cabo de nueve títulos y 153 goles se despidió con un abrazo sincero.

Sin embargo ni marcó frente a la Real Sociedad ni, tampoco, lo hizo en Mendizorroza donde solo jugó la media hora final frente al Alavés. Salió media parte para sentenciar al Levante y, con la mirada puesta en el Wanda Metropolitano, marcó estos dos goles al Liverpool que catapultan el sueño azulgrana.

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