Monumental, gigantesca, espectacular. Llueven los adjetivos para calificar la actuación de Guillermo Ochoa que le permitió a México empatar sin goles ante Brasil y dar un paso firme hacia los octavos de final del Mundial 2014.

Primero voló para despejar un cabezazo de Neymar, después salió rápido al corte a un remate de Thiago Silva, volvió a meter el cuerpo en una volea del 10 brasileño y cerró la noche con unas manos milagrosas para impedir otra vez al capitán de la Canarinha.

Ochoa estuvo acompañado por una gran defensa liderada por Rafael Márquez y una selección que demostró por qué se ha convertido en la némesis de Brasil en el siglo XXI.

Incluso pudo ganar el partido, pero apareció Julio Cesar evitar la tragedia en Brasil.

Ambas selecciones quedan con cuatro puntos, a uno de la clasificación a octavos más allá de lo que pase en el duelo de este miércoles entre Croacia y Camerún.

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