La depresión en personas mayores dependientes tiene tres causas posibles. Puede deberse al deterioro físico (por ejemplo: un accidente cardiovascular que conduce a la dependencia). Pero también puede estar relacionado con problemas psicológicos y sociales, tras el duelo o el aislamiento social.

¿Qué es la depresión?

La depresión es una enfermedad psicológica crónica, que se caracteriza en particular por la falta de motivación, tristeza, percepción de vacío, rechazo, pérdida de autoestima, sentimientos de inutilidad, alteración del apetito y sueño y la apatía. Su duración varía según el individuo: se puede contar en días como en años. Por lo tanto, hay varios grados de depresión (leve, moderado o mayor).

Pero de manera general, los síntomas interfieren con la capacidad para el funcionamiento normal de la persona.

La patología afecta principalmente a la psicología, al estado de ánimo y al comportamiento, pero también puede desarrollarse con trastornos físicos.

En las personas mayores, la depresión no presenta siempre los síntomas habituales por lo que dificulta su diagnóstico y tratamiento. Además, muchos asocian la depresión en las personas mayores con el envejecimiento.

¿Cómo se manifiesta en el dependiente deprimido?

Para el dependiente deprimido, los síntomas pueden no ser tan evidentes, y sí enmascarados por las afecciones físicas, por lo que la depresión puede pasar desapercibida.

Tratamiento del dependiente deprimido

En caso de depresión, es importante atender al paciente con un profesional para valorar un tipo de tratamiento, indicando al médico si el paciente toma algún medicamento.

Soporte emocional

Para ayudar a una persona dependiente deprimida, es necesario establecer una buena relación emocional. Es decir, ser comprensivo, escuchar a la persona, mantener un tono de voz suave. La persona no se tiene que sentir juzgada, sino todo lo contrario. Se tiene que sentir apoyada y comprendida.

Si la persona dependiente deprimida es abierta y comunicativa, será más fácil hablar con ella para conocer su estado emocional y saber como se siente para poder individualizar el problema.

Si la persona no es muy comunicativa, es recomendable ganarse su confianza y usar buenas palabras para disminuir su angustia e invitarla a participar en actividades que le podrían hacerse sentir mejor.

Lo que no deberías hacer

Además de no culpar al paciente, hay ciertas cosas que es mejor evitar decir a una persona dependiente deprimida como, por ejemplo, pedirle que levante el ánimo o pedirle que ponga de su parte. Esto es un gran error. No se puede pasar por alto una persona con depresión, es necesario diagnosticarla y tratarla por profesionales especializados. Esto solo acabaría poniendo más presión.

La mala noticia

Una depresión sin tratar puede durar meses y hasta años, conducir a la incapacidad, empeorar síntomas de otras enfermedades, llevar a una muerte prematura e incluso terminar en suicidio.

La buena noticia

Si la depresión está diagnosticada y tratada a tiempo, más del 80 por ciento de los casos se recuperan.

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