A más de un año de iniciarse los trabajos de remozamiento y rescate de la Zona Colonial los mismos avanzan de forma lenta y en medio de las quejas de los comerciantes del lugar.
Aunque reconocen que en un futuro la obra podría valer la pena, en la actualidad muchos negocios han tenido que cerrar sus puertas por falta de clientes, mientras otros hacen esfuerzos por atraer a los turistas pese a la incomodidad de acceso peatonal y estacionamientos.
Se quejan además de la falta de coordinación con la que se han hecho los trabajos, interviniendo amplios segmentos al mismo tiempo, lo que ha hecho más caótica la situación.
