Tradicionalmente, la temporada de películas del verano boreal no se destaca por su atención a las sutilezas de la sexualidad femenina.
En medio de la temporada de atracciones masculinas y fantasías de ciencia ficción hollywoodense se encuentra “Good Luck to You, Leo Grande” (“Buena suerte Leo Grande”), una comedia simpática en la que Emma Thompson interpreta a una viuda en busca de emoción romántica con un afable trabajador sexual interpretado por el debutante Daryl McCormack.
La película, un lanzamiento de Searchlight Pictures que debutó el viernes en Hulu, es un curso íntimo sobre temas rara vez discutidos de sexualidad y vergüenza, placer y represión.
“Es como una pequeña bomba atómica”, dijo Thompson en una entrevista reciente. “A medida que divide la célula, llega a personas que están muy energizadas porque hay mucho de qué hablar. Nos hace pensar en tantas cosas”.
“Good Luck to You, Leo Grande”, dirigida por Sophie Hyde y escrita por Katy Brand, transcurre casi totalmente en un cuarto de hotel en Londres, donde Nancy y Leo se encuentran en cuatro ocasiones.
Nancy, una profesora de estudios religiosos, nunca ha tenido un orgasmo. Tiene inseguridades profundamente arraigadas sobre su cuerpo y, hasta este momento, ha pasado toda su vida reprimiendo sus propios deseos. Leo, por otro lado, es un tipo tranquilo, equilibrado y cree sin reservas en dar satisfacción a los demás.
Para Thompson, “Good Luck to You, Leo Grande” es nada menos que revolucionaria en su voluntad de ser sincera sobre temas que generalmente se ocultan bajo las sábanas.
“Seamos realistas, el placer de las mujeres nunca ha sido, por así decirlo, primero en la lista de tareas pendientes en los sistemas actuales”, dice Thompson. “Nunca ha sido: Oh, realmente debemos atender eso”.
Es una actuación sorprendentemente abierta e inquisitiva de Thompson, de 63 años, cuya presencia en la pantalla ha exudado durante mucho tiempo, como resumió acertadamente una vez el New York Times, “un sentido férreo de sí misma y de cómo deberían ser las cosas”.
Thompson en sus producciones ha situado su claridad moral inteligente y empática en personajes más discretos, “Leo Grande” demuestra que es igual de clara cuando se trata de cuestiones de sexo y placer.
“Siempre he confiado en el placer físico, siempre y cuando se sintiera justo en los centros emocionales del cuerpo. Nunca pensé que eso era incorrecto”, dijo Thompson. “Darse placer a uno mismo es fantástico. Es simplemente extraordinario que uno pueda hacer eso. Si piensas en la historia de la masturbación, es simplemente espantoso lo que hicieron la fe cristiana y, estoy segura, otras religiones. El hecho de que prohibiera el placer para uno mismo, para el cuerpo, me parece profundamente problemático y un pecado terrible, una verdadera maldad para los seres humanos. Estamos diseñados para experimentar placer, claramente”.
Thompson dice que ha estado pensando en los problemas detrás de “Leo Grande” durante años y años. Cuando recibió el guion, el papel “me impresionó de la misma manera que me impresionó Margaret Schlegel cuando tenía 30 años”, dice refiriéndose a su interpretación ganadora del Oscar en el drama de época de 1992 de James Ivory e Ismail Merchant “Howard’s End”.
Hace años, Thompson hizo un manual para su hija como una guía para hablar sobre el sexo, lejos de la forma en que la sociedad lo clasifica, distorsiona o minimiza.
“Nos resulta difícil ser honestos sobre el sexo. Es difícil hablar de eso. Se ha vuelto un tabú y, al mismo tiempo, se ha industrializado y vendido como jamón enlatado”, dice Thompson.
“Yo hablaba de los centros de placer en el cerebro, en el cuerpo y el corazón. Son muy, muy importantes porque no es solo uno. Es bastante raro que todas esas cosas se estimulen de la manera correcta al mismo tiempo. Somos tan complicados, ¿no? Y no estamos dispuestos a reconocer esa complicación solo porque hace que la vida sea más difícil. Pero en realidad, al final, hace que la vida sea más interesante”.
Cuando se pensaba en McCormack como posible candidato para el papel, el actor irlandés de 29 años más conocido por “Peaky Blinders”, fue a encontrarse con Thompson en su casa en Londres. Pasaron dos horas hablando en un banco del parque. A la mañana siguiente, ella le envió un mensaje de texto: “Te veré en el set”.
“Ella estaba en el escalón de la puerta principal hablando con uno de sus vecinos. Creo que estaba terminando de hacer algo de jardinería”, dijo McCormack. “Solo recuerdo que me vio y fue tan cordial y acogedora. Se sintió como si algo hiciera clic. Me llevó adentro. Necesitaba usar su baño. Usé su baño debajo de las escaleras. Ahí es donde guarda sus dos premios Oscar”.
“Rápidamente entendí que no había pretensiones en ella”, agregó. “Sentí su pasión por esto al instante”.
Aunque “Leo Grande” se filmó en tan solo 19 días, los actores ensayaron de antemano, incluyendo escenas en las que actúan desnudos. El proceso para Thompson y McCormack se desarrolló como una experiencia inusualmente profunda de conexión y descarga.
Thompson llama un ejercicio de actuación, en el que intentó pararse naturalmente, sin juzgar, desnuda frente a un espejo y posó como Eva en la pintura renacentista de Albrecht Dürer, el desafío actoral más difícil que haya tenido.
“Pensé: esa es la posición en la que me gustaría estar. Una posición completamente inocente”, dice Thompson. “No estoy moviendo mi cuerpo para que se vea mejor o más parecido a lo que creo que debería ser. Debo estar completamente relajada. Y me di cuenta de que eso era virtualmente imposible”.
“Estas jóvenes han visto algo, no necesariamente en mí”, dijo Thompson. “Supongo que se trata simplemente de tener esas oportunidades y estar perennemente interesados en la condición de las mujeres”.
AP