EFE.- Con rezos, música o veladoras encendidas, Israel observó este martes una jornada de luto al conmemorar el primer mes de guerra contra Hamás, que se originó tras un ataque del grupo islamista que ha dejado hasta el momento más de 1.400 muertos, 5.400 heridos, y más de 230 rehenes del lado israelí.
A las 11.00 en punto hora local (10.00 GMT) los israelíes guardaron un minuto de silencio en todos los rincones del país, un ritual similar al que se observa el Día de Conmemoración del Holocausto y el Día de los Soldados Caídos, solo que para esta ocasión no se hicieron sonar las sirenas antiaéreas, que desde que comenzó la guerra se activan diariamente en diferentes zonas de Israel para indicar el lanzamiento de cohetes desde Gaza.
En el Muro de las Lamentaciones de la Ciudad Vieja de Jerusalén, uno de los lugares más sagrados para el judaísmo, se llevó a cabo una oración masiva por el regreso de los rehenes, en la que se encendió una antorcha que a partir de mañana recorrerá varias capitales del mundo.
Además, las banderas israelíes fueron colocadas a media asta mientras los familiares de las víctimas cantaron el himno nacional para repudiar la masacre del 7 de octubre pasado.
A primera hora de aquel día, unos 3.000 milicianos de Hamás cruzaron la valla fronteriza de la Franja de Gaza e irrumpieron en las aldeas israelíes colindantes, donde masacraron a unas 1.400 personas, la mayoría civiles que se encontraban celebrando sabbat en sus casas o en un festival de música al aire libre que se llevaba a cabo en ese momento, y secuestraron a más de 240 personas, de las que 239 continúan en el enclave palestino.
Se trata del ataque más mortífero por parte de una milicia en Israel desde su fundación en 1948, que a su vez originó la ofensiva israelí más letal en la Franja de Gaza, donde los incesantes bombardeos y las incursiones terrestres han dejado al menos 10.328 palestinos muertos, 70% de los cuales son niños, mujeres y ancianos, así como casi 26.000 heridos, 1,5 millones de desplazados y 2.450 desaparecidos, entre ellos 1.350 niños que se encuentran bajo los escombros.