Santo Domingo.- Hoy 3 de agosto se cumplen 93 años de que República Dominicana fuera impactada por el devastador huracán San Zenón, que dejó a su paso la muerte de más 2,000 vidas humanas.
De acuerdo a los datos, la ciudad quedó bloqueada y las inundaciones destruyeron carreteras y puentes, quedan así miles de personas damnificadas, mientras los hospitales y otros centros médicos estaban desbordados.
Al día siguiente de la tragedia, el primer aeroplano que llegó a Santo Domingo fue un anfibio de dos motores, propiedad de la Pan American Airways, procedente de San Juan. A la nave le correspondió avisar al mundo la magnitud de la catástrofe, utilizando un potente radio. A los pocos días medio centenar de aviones de diferentes marcas y tamaño habían arribado al país con medicamentos, ropas y alimentos.
Los efectos del ciclón fueron filmados por el dominicano Tuto Báez y fue exhibido como película en el cine Capitolio, que estaba en la calle Arzobispo Meriño, casi esquina El Conde, frente a la Catedral. En la cinta se observaron desgarradoras escena durante y después del fenómeno.
La reconstrucción de la ciudad se ejecutó mediante un plan administrativo en el cuatrienio 1930-1934, con el dictador Rafael Leonidas Trujillo Molina, quien al momento del fenómeno llevaba 2 años de Gobierno.
Las víctimas fueron quemadas y enterradas en una fosa común en la entonces conocida como plaza Colombina, hoy plaza Eugenio María de Hostos, por disposición de Trujillo, llegado al mando dos semanas antes de la tragedia.
El proceso de reconstrucción de la ciudad se inició de inmediato y poco a poco la ciudad fue reponiéndose del desastre. Para julio de 1933 se había reconstruido el Puente Ozama y la avenida Capotillo, hoy avenida Mella.
Trujillo “desplegó una imagen de eficiencia” frente a la destrucción que causó el fenómeno, fue pretexto para “el uso de la autoridad fuerte y la necesidad de mano dura” para resolver los problemas, y “ganó reconocimiento entre sectores de la población”, señala el historiador Roberto Cassá.
Se indica que después de San Zenón no ha habido ningún huracán que haya generado este nivel de devastación, ni si quiera el ciclón David, en 1979, o el Georges, en 1998